Pelagatos the magazine, presenta su primer número en esta segunda Luna llena de febrero, presentando a:


Ardiles...... Bojórquez

Morote...... Porturas...... Santiago



Petacona
(César Ardiles)

Mujer de carne lenta
uñas y rodillas de mar

Pausada y callada pasa tu saliva
por esta garganta que almacena el hueco de tu espalda
con pasos que disimulan tu edad en canción para mujer

con esas flores de pared
donde violín violó a perico
que decía ser pajarillo rojo

dibujo insano de meses sin año
deditos caramelo


salpicada de escarcha
y pecado de tu cuerpo,
mi lengua sombría

mujer de sabanas amplias,
ultima rosa que duermes en mis ojos

telaraña que atrapas jugos y muertes en mis alas

voz que es agua dormida en espejos

olor que vomitan ancianas
con sus dientes que son ausente hueso de leche


marcha lejos esta memoria de saco marrón castañas cerca de las orejas
marcha a tus brazos de ciervo,
patas de conejo gris
con sus dos alitas de presumir ser ave marina
y sus sonrisa donde esta cara bella es cara de mujer compartida

este muerto escribe cadáver en su madera
y con beso despide su ultimo recuerdo
que veloz se oxida en boca de gusanos que no conocen el sol,
tu
mi
sol

C. 13:48 - 04/02/07




C un fragmento


C
El niño que había conseguido un nombre
Una madre antes que a su mascota
Una vos
tan calla
tan llena de dolor

Él que caminaba en sueños con sus ojos de papel
con sus ropas de miel
Ahora juega a ser rey cubierto de sexo afable
y plumas para castigar

colocando su castillo en sombras caminantes
Montando su corona de jabón sobre corceles, pulgas de can
aliento de lagartijas

desprendiendo partículas, su capa de sal
Y prendidos en árboles no nacidos
sus narices, sus cabellos


él que se enamora y deja su realidad
él que camina cerca del vacío
Y eran migas de pastel al borde del cristal

El que nació dentro de un caracol
Y creció colibrí
él,
que oraba al dios que no creía en él

El que ahora alimenta sus pestañas al igual que a sus lunares en su espalda
El que vomita mariposas
Y en su pecho aparecen muertas estas moscas

El que miente
y para ellas
sabe a verdad

Él que ahora muere
Y muere su mujer, sexo de hombre



él que busca recuerdos para cuando llegue a ese lado oscuro
Y sólo encuentra noche

Él que ahora nace
Y se abren como mi sexo sin vulva
Sus ojos para respirar

El
niño,
cabellos de mujer



C ...un fragmento de mi vida

Escrito el 04-02-07 a las 11 con 06 minutos después de tomar agua de un baso como el que me mostró kara la noche de ayer mientras decía que antes yo escribía mejor.

Se extiende desde la vulva hasta la matriz”




Arrastrándome desde el fondo del tiempo
girando la vista en esquinas redondas

duerme mi pecho, azul de suelo

sea poco el tiempo
suficiente el viento

diurnos los pasos
varios los caminos

que en tu sonrisa me aguarde la vida,
verdes brillen en tus ojos
y regocijo encuentren mis penas, cerca tus cabellos


Vivir,
Antes
el tiempo doble mis rodillas para siempre

corriendo tras orgasmos de abrigos negros
haciendo fugaces pálpitos de estrellas

habitando en tus carnes, tus labios,
los míos

Guardando esperanzas nuestros pantalones,
tu falda
es humedad, tus hilos color golosina
hilos que se hacen gracia en tu espelunca

Cueva cofre de calor,
Madre de tu olor



Que las hojas muertas juzguen pasajeras nuestras sonrisas
que las ramas marchitas ciernan nuestros besos

Que las raíces de la sal
exponga al cúleo romano nuestras carnes si tropezamos con la mentira
Y caigan en la hoguera nuestros recuerdos cada noche de luna partida





Las praderas Impecables
(Diego Bojorquez)

En este valle mojado,
el tiempo se escurrió de tus ojos,
y mis huesos vestidos de dulce otoño
caminan impacientes
sobre las praderas impecables
que iluminaron nuestros días.

Tu sonrisa presa en el espejo,
sin un norte al donde mirar,
dentro del universo
- hermano bastardo,
donde los brazos emplumados
y las piernas de céfiro,
asechan sigilosos,
a la caída de cenizas amarillas.


En este sueño donde robustos tulipanes

Aguardan tras las sombras en la habitación,
Para sostener un redondo atardecer.

Y es que sobre mi roja palma
yace una herida abierta,
en donde miro un corazón suspirando,
por la dulce savia de tu faz humana.

Me adentro a la blancura silenciosa,
Recorro por una dulcinea de miel,
que yace bajo los brazos estrechos de lejanos gigantes,
y la tierra guarda silenciosa el retozo mañanero de la ingrata serpiente

Abriré tu boca,
Como un eclipse que abre el cielo
Y tomare aquel tesoro que oculta tu vientre,
Podré respirar dentro de tus sueños,
Y despertaré sobre tu inmensa y oscura deidad.

Las esquilas llaman a la gloria,
........... tu nombre yace tatuado aquí en mi pecho......




Damiante

Brillo del diablo,
preciosos dientes que la tierra regala con su melodía,
amargo candor que tiñe a nuestras incrédulas miradas,
y es que frente a tus impecables pasos,
que son la cuna de los más oscuros presagios,
es tu infinito corazón,
que salta sin refugio en busca del aria de nuestros padres olvidados

Avanza incesante,
inquietante tras sus rojos pasos,
con un cuerpo abandonado,
y un incendio en derrotero
que resquebraja los divinos peldaños
para convertirlos en escombros sagrados,
por donde las cantutas y amapolas,
libres soñarán su poderoso pasado.

Dejas de ser la forma del barro
para ser una melodía endiablada,
roja anima,
errante y subversiva,
valiente y orgullosa,
tierno apóstol del entierro,
y poderoso guerrero que se enfrenta
contra un ciego y tibio dios eternamente moribundo

Grito de entre los parajes más siniestros,
de aquellas nuestras casas más antiguas
nuestros lechos enterrados,
nuestros huesos olvidados,
refulgente bramido
que se niega a perder sus huellas
bajo charcos de cementos

Viento rojo que anida y abandona
se levanta y cae,
se extingue y vuela sin temores
pues son sus cenizas que revolotean
y todavía arden como pequeñas centellas;
ya tus nervios que no son de Dios
sino del canto indomable
Saqra,
precioso oro lleno de vida que nos devolvió
el espíritu de la piedra guardiana
el grito monolítico de un dorado padre
y de la cantuta un canto de venganza
el aroma de la eternidad




Modos De Preparar Vidas En Monocromas Ilusiones
(Guillermo Morote)


Sabíamos que en la casa del frente vivía la fiebre a la cual nos gustaba medirle el pulso, pues algunas veces esta derramaba su ardoroso delirio en mis vértebras inundando de colapso seminal tu vientre, la ventana reflejaba tu desnudez y yo seguía creyendo que algún día el agua tendría un parto azul que nos mojaría hasta brotarnos escarabajos amarrillos de las uñas por la felicidad.

Ya no recordábamos si la noche era un presagio de algún día cubierto por tu ropa o se trataba de la sombra solitaria del día anterior, entendiste- con pesar mío- que el sueño reviste un apetito por lo inverosímil y que la vida esta vacía de recuerdos y que tus recuerdos son vacíos en mis sueños como aquel en que recogía tus pestañas para cubrirme de la lluvia.

En las misas de domingo, implorabas redenciones, mientras jugaba con el agua bendita y me abrazaba a la cruz esperando que las estrellas se llenen de sangre para que pueda caer mi tristeza del cielo, pasábamos por la panadería dentro de esa burbuja que suele ser el mundo cuando despierta el sol en tu mirada, sacabas las moneditas, brillosas, risueñamente brillosas, comprabas los panecillos de anís, luego nos envolvíamos en tus manos y nos recogíamos en tus alas para llegar a casa y esperar a la luna detrás de la puerta.

Contemplabas a las palomas mientras un cigarrillo fumaba mi mano, nos vendamos las cicatrices del pecho para pintarnos elefantes en las mejillas, llegada la noche; nos sacábamos la saliva y el habla para vestirnos de mariposas y evitar dormir como hombres, soñábamos con unicornios luminosos, con dados sin números, con Daudet, algunas veces soñábamos ser soñados por un salmón, algunas veces solo vértigo y otras a hacer una hamaca con alas de una avispa.

Al despertar bostezabas caracoles y me sacabas las legañas para recordar tu nombre mientras te escondías de la resolana y llenabas las nubes con agujas para bañarnos entre el ocio matutino y tu olor desprendido en la ciudad, desayunamos mis lagrimas y el rocío dejado por la garúa, luego nos limpiábamos la boca de la manera mas libre y rigurosa que existe, con los brazos; cerrábamos las manos para abrir nuestros corazones, cantábamos, reíamos, decíamos verbos: roer, cojer, tomar, beber, beber, tomar. Pero era solo una excusa para mentir a la lluvia y esconder nuestros pies de la noche; sabes ...me olvidada (los cisnes recordamos solo las estaciones y las plumas que dejamos en los nidos) aún guardo el amuleto que frotabas con los pies para llamar a la lluvia.

Que maravillosos era untarnos con vaselina para deslizarnos por tu boca, discutíamos de la feminidad del mar, del viento del norte, del viento del sur, de la osa mayor y hasta de los curtiembres de tu madre, pues nos interesaba la prolongación de nuestras pieles cuando estábamos desnudos, aprendimos a respirar bajo el agua para encontrar nuestros anfibios sueños. Veíamos la televisión para pegar dibujos a tu falda, quemábamos cuadernos para dejar huir nuestras penas, mas estas no se iban, se depositaban en mis uñas.

Salíamos al balcón para ver llegar alas prostitutas que volvían de sus carnales oficios, reflexionábamos del amor demócrata del mar a la arena, luego nos reíamos hasta convertirnos en silencios, nos molestaba el sol se encontraba sobre el mundo ya que si este papel arrugado se encontrase superpuesto a este, podríamos jugar desnudos en las calles aún de mañana, fueron cuatro las razones las que me dijiste por que en las noches de luna llena no podías dormir.
La primera,- linda imposibilidad la tuya-; fue la que a l no poder tocar la luna con los dedos, construías escaleras de cera mientras rezaba que te quedes colgada de una estrella esperando que un cometa te devuelva a tierra.

Los halos lunares te cegaron al punto que brincabas de suna oscuridad en la terraza y cazabas luciérnagas para iluminarte.
Te cubrías los oídos y soplabas la neblina mientras yo sostenía un clavel esperando que el viento tome un pétalo y se caiga la luna en tu rostro.

La ultima y sublime razón era que amanecías viendo reflejada la luna en la pompa del jabón, pero no existió mayor delirio que recordarte cantando los domingos y susurrando a mi ombligo.

Los martes en clases, examinábamos la lengua de los peces pero incluso en este trabajo siempre confluíamos en jugar a las escondidas detrás de los vestidores, o a sacarnos las pelusas de los bolsillos y guardarlos en tu cartera, ensayábamos ser gotas para desprendernos de nuestros tejidos, como presintiendo que la ictiología resulta ser interesante en tramos, recuerdo el lápiz que olvidaste en la pizarra luego de escribir lejos me trajo a la memoria la tercera noche que dormí en tu cocina.

Fue un veintiocho de febrero que nos juramos ante el profesor que nuestro querer era biológico y volátil, que se degradaba al paso del viento y dependía de la temperatura del día cuando no de las estaciones ferroviarias, ese mágico gas filial que emanaba tu boca se confundía con la combustión de los buses, más era fácil reconocerlo, pues cuando ocurría los asilos abrían sus puertas para dejar pasar el humeante respiro tuyo, decían que era benigno para la artritis, pero no hay prueba de ello, sino tan solo la de un gorrión que emergió de la pileta al paso de tu sombra.

Ahora sentado en la acera, con doce mil átomos tristes y con el sedimento del licor en mis venas, espero que luz sea la que tenga para las cosas reales de la vida, pues dentro de todo...contigo sólo aprendí a llorar a voluntad y atarme mis sucias corbatas al cuello.




Burocracia Ácida: Cátodos

(Daniel Porturas)
jirafas efervescentes
se disuelven en mi lengua,
creando una marea de incongruente estructura,
marea pétrea,
insectos monosílabos
ocupan escritorios burocráticos
de carácter necesario y legal
para saber si era o sería
de aquél que lleva mi nombre
por tanto cuando esa marea baje
dejará al descubierto ese gran cadáver que llamamos cotidianeidad
soy un impostor
con mis suelas ya gastas
soy alguien detrás de mi rostro
con nada que ofrecer
y mucho por sacrificar
un asesino de palabras,
(cuando lo demás ocupa un espacio
aparecen cicatrices)
por eso me desmiento
como sombra in proyectada.


Burocracia Ácida: Decantación
Era todo murmullo y choque de olas contra cuerpos eternos,
Es forma impronta que no crepita al paso de las sombras
Y lujuriosamente pensamos que es de nuestra propiedad, de mi propiedad
De los ahora y los mañanas
Por toda la eternidad
Y que no sea rayo de luz ni alas de mosca
Sino latido de cuerpo
De sensación
Más aun la locura con rostro amigo
Que se extiende invitando de su bebida
Que va garganta abajo
Decantándose
¿A donde escapo mi mente?
Talvez entre colores y ladridos de perros
Bajo tierra profunda
Como la nada o todo conocimiento de lo prospero que es ser ignorante
Pero lo que era ya no es
Ni siquiera ya rastro de lo que fue
Solo un montón de cosas que nos recuerda lago que estuvo entre los dedos
Tal vez era una vieja canción de amor
Susurrante aun entre las paredes.


Sonidos polifónicos
Con canto coral


Temo ser como los astros al caer
Temo envolverme en fuego
Y Lugo cierro mis ojos
Y un murmullo emerge desde mi interior
Convirtiéndose en alas

Sálvame de mí
Sálvame
Y retira de mí este cáliz

Destino, blasfemia del ser
Y de las distancias
Sumergidas en el tiempo Tirano

y me arrojo a la masa, a la muchedumbre
a la profundidad de tus ojos que son como manos esperando
Llevarme lejos mas aya de las estrellas

Más allaa de la luz y de las sombras.
Regresemos al inicio donde todo principia
Y ser el fuego,
La piedra
El mito
.



S/T

(1994- 2006)



La lluvia siempre espera (1994)

Plumón y tinta sobre papel





S/T (1994)

témpera sobre papel





historia de los dos que soñaron (1995)

tinta y lápiz de color sobre papel




noche en cámara lenta (2002)
Intervención fotográfica




autorretrado al otro lado del espejo (2001)
témpera y lapiz sobre papel





Le regret d'Heraclite (2005)

cáscara de huevo sobre almohada- Fotografía






elegia para los que no despiertan (1996)

crayón sobre papel




s/t 1




s/t 2



s/t 3 (2003)

dibujo a bolígrafo intervenido






tema para un soliloquio (2006)
fotografía intervenida





poema que duerme (2005)
fotografia intervenida





Poema que despierta (2005)
Fotografía intervenida


(Nilton Santiago)